En lugar de optar por la demolición, llevamos a cabo pruebas y ensayos de control estructural en colaboración con laboratorios especializados e ingeniería. Este análisis exhaustivo consideró tanto la fecha de ejecución como el deterioro causado por el abandono, fundamentando nuestra decisión de preservar y revitalizar la estructura existente en nuestro nuevo proyecto

El diseño original proponía una arquitectura palaciega, amalgamando estilos arquitectónicos ostentosos y de dudoso gusto. Así que, el auténtico desafío radicó en reutilizar la estructura preexistente y adaptar el programa de necesidades de nuestros clientes. Nuestra meta fue lograr una distribución de espacios ideal y asegurar la presencia de luz natural en todas las estancias de la vivienda Para este propósito, concebimos dos lucernarios, uno en el distribuidor principal y otro en el área común de las habitaciones infantiles, inundando así todas las estancias con la luz solar que nos muestra el devenir del día.

En la planta baja, los usos principales de la vivienda están directamente conectados con el entorno, ofreciendo vistas panorámicas de un valle salpicado de naranjos. El nivel inferior alberga una sala de juegos, gimnasio, instalaciones y un garaje.

Esta nueva edificación nace bajo la idea de minimizar la generación de residuos, al evitar la demolición de la estructura preexistente en estado de abandono. Priorizando la iluminación natural, la integración armoniosa de los espacios con el entorno natural, las soluciones constructivas eficientes y la autosuficiencia energética a través de un extenso sistema fotovoltaico en la cubierta, proponiendo un ejercicio de responsabilidad, sensibilidad y técnica.

Chiva, Valencia l España

Arquitectos Francesc de Paula García Martínez, Ana Gil Collado y Francisco Miravete Martín

Arquitecto Técnico Irene Vila Díaz, Alfonso Lara Martínez

Fotógrafo Diego Opazo